"Una experiencia especial de tejido de alfombras marroquíes y estancia en casa."
Recientemente participé en un tour en un pueblo llamado Lamdint para aprender a hacer alfombras marroquíes, donde me alojé durante 2 noches y 3 días. Era un pueblo del que nunca había oído hablar ni visitado antes, pero su encanto rústico y la naturaleza tranquila y cálida de su gente lo hicieron increíblemente acogedor.
En este pueblo, hay una asociación única dirigida por mujeres que se encargan de todo, desde la fabricación hasta la venta de alfombras. Participé en un taller de fabricación de alfombras allí. Podría haber planeado mejor mi diseño, pero crearlo con los aldeanos permitió una mezcla de sensibilidades marroquíes que no habría pensado por mí misma, resultando en una pieza favorita.
La fabricación de alfombras fue intensa (de buena manera), desde la mañana hasta la noche, y aprendí varias técnicas. Todos fueron excelentes enseñando y elogiando, lo que hizo que la experiencia fuera divertida y rápida. Pensé que los marroquíes podrían tomarlo con calma y tomar muchos descansos mientras hacían alfombras, pero todos estaban dedicados, tejiendo todo el tiempo que permitía el tiempo, lo cual fue inspirador.
Esta vez me alojé en la casa del líder de la asociación. Compartí una cama en una habitación con su hija, que tiene aproximadamente mi edad. Se sintió como un viaje escolar, una experiencia rara y alegre, y dormí cómoda y profundamente en una buena cama. Las comidas, tanto matutinas como